viernes, julio 14, 2006

Próxima parada: Beirut






Lo sabemos desde hace tiempo: es posible tratar de destruir un pueblo con la complicidad silenciosa del mundo entero. Ocurrió con el pueblo iraquí, sometido a un horrible embargo durante 12 años (1991-2003); hoy ésa podría ser la suerte reservada al pueblo palestino. En medio de un gran, de un espantoso silencio. Pero como la hipocresía humana no tiene límites, también sabemos que aquellos que hoy callan ante el crimen, mañana vendrán a darnos lecciones de derechos humanos y sobre el deber de la memoria.

Lo dice Sami Naïr.

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