Las cosas de los pilotos

A los pilotos de Iberia les ha llovido mierda de todo tipo esta semana. Es curioso, porque aunque sean un colectivo "privilegiado" económicamente, no dejan de ser trabajadores empleados por cuenta ajena en una de las compañís más grandes de este país. A lo que hemos asistido estos días ha sido a un despliegue mediático sin precedentes ante el ejercicio de un derecho constitucional de un colectivo para el mantenimiento de sus puestos de trabajo; personalmente he sentido vergüenza ajena al leer ciertos artículos de articulistas insignes a los que admiro mucho poniéndose del lado del empresario (sí, ese reducidísimo colectivo que cobra más que los pilotos) y enarbolando la bandera del "que los echen a todos". Es curioso que a nadie le escandalice la diferencia salarial entre un empresario de una empresa y un trabajador (hablo de miles de millones), que nadie pida algún tipo de redistribución de beneficios empresariales o de tope en dichos beneficios a nivel europeo para fomentar la reinversión en I+D, y sin embargo se carguen las tintas, insultos editorialistas incluidos, contra uno de los pocos colectivos que puede poner contra las cuerdas a su empresa para garantizar sus puestos de trabajo.

Es curioso también como los sindicatos de clase, que tacharon esta huelga de "torticera" y "chantaje" (un calificativo peligroso en boca de un sindicalista), se benefician de ésta al extender Iberia la garantía de los puestos de trabajo a todos los colectivos.

A veces hay que tener cuidado con lo que se pide...