viernes, abril 27, 2007

La muerte de un genio






Fue hace ya bastantes años cuando mi madre y Eugenio me llevaron a Mérida a ver un concierto gratuito de Mstislav Rostropovich. Yo era un renacuajo por aquel entonces pero este señor con su violonchelo en medio de un auditorio enorme de gente en completo silencio me dejó completamente encandilado, absorto en una música que me descubría este ancianito con dedos de oro. Hoy, 27 de abril, nos deja.

Descanse en paz.

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